Muy pronto los datos de tercero quedarán fuera de uso. Ese hecho ha despertado muchas dudas, algunas infundadas. Es hora de hablar sobre el mundo sin cookies, sus mitos y cómo frenan tu estrategia de marketing digital.

Transmitir el corazón y alma de una marca es el reto que todos los creativos enfrentamos. Aunque existen muchas formas de contar historias, lo básico siempre es conocer a las personas a quienes deseamos alcanzar. Y, si somos sinceros, la medición de datos es una herramienta bastante útil cuando se trata de comunicar un mensaje.
Sin embargo, no es lo único que debemos tener en mente. Desarrollar una relación de confianza con el usuario es indispensable para el éxito de cualquier marca. Incluso, cultivar esa confianza puede ser la clave para realmente conocer a tu público… monitorearlo probablemente no sea la mejor opción para generar confianza.
Además, hay que decirlo: muy pronto las cookies de terceros quedarán obsoletas. Y no solo técnicamente.
El futuro sin cookies
Según la investigación de Gartner, para el 2023, el 65 % de los usuarios digitales estarán protegidos por leyes que respaldan la privacidad. Eso solo significa una cosa: obtener el consenso del usuario para obtener y compartir su datos dejó de ser una opción.
Las personas no deberían verse forzadas a aceptar ser monitoreadas por la web para obtener los beneficios de la publicidad relevante. Y los anunciantes no necesitan monitorear consumidores particulares por toda la web para obtener las ventajas de rendimiento de la publicidad digital.
David Temkin, director de Gestión de Producto de Google.
Como sea, este cambio tan acelerado no solo ha permitido desarrollar estrategias, también ha dado lugar a confusiones y teléfonos descompuestos. Afortunadamente, los chismes y los mitos, son solo eso. Aun así, de vez en cuando hace falta despejar las dudas. Por eso, esta ocasión hemos decidido 3 de los mitos que frenan tu estrategia de marketing digital.
Necesitas cookies de terceros para una buena medición
El más popular de los mitos.
Conforme la privacidad y el anonimato se vuelven relevantes, la ruta se aleja bastante de los identificadores individuales. Aunque nadie niega que las cookies de terceros son una gran herramienta, también dificultan que el usuario tenga control sobre el uso de sus datos.
Y lo cierto es que no son la única manera de contar con datos detallados.
De hecho, Google ya se encuentra trabajando en el tema. Primero desarrolló FLoC (Federated Learning of Cohorts), una herramienta basada en intereses. Y este año lo reemplazo por Topics, el cual analiza el historial de navegación de las últimas tres semanas para identificar intereses.
Por otro lado, existen los first-party cookies o datos de origen. A grandes rasgos, son datos que pertenecen exclusivamente al anunciante y son recopilados con consentimiento del usuario. Una estrategia a partir de los datos de origen es el camino perfecto para crear una relación cercana con tus clientes, ofrecer valor y optimizar tus campañas.

Sin cookies no funcionan las etiquetas
Cookies y etiquetas están relacionadas, pero no son lo mismo. Las cookies son fragmentos de código que se almacenan en el navegador del usuario. En cuanto a las etiquetas, son fragmentos de código colocados en el sitio web, que permiten medir interacciones y rendimiento.
Las etiquetas sirven para establecer cookies, propias o de terceros. Eso significa que en un mundo sin cookies, será necesario el uso estratégico y robusto de etiquetas para first-party cookies. La recomendación es comenzar por evaluar tu estrategia y detectar oportunidades.
Saber qué datos son significativos, así como establecer los procesos de recopilación es el punto de partida para ofrecer al usuario el nivel de personalización necesario para cada segmento.
Los resultados y la privacidad no se llevan.
Esto, más que un mito es un prejuicio. Está claro que se perderá el acceso a algunos de los datos. Pero, de nuevo, esa es solo una manera de hacer las cosas.
El aprendizaje automático opera a partir de un análisis para ubicar tendencias o relaciones. Google, por ejemplo, lo aplica en su modelado de conversión. Esto funciona a partir de asignar conexiones entre interacciones (con anuncios) y conversiones. Así, es posible evaluar el impacto, sin poner en juego la privacidad. Tal como lo explica Google: las técnicas de aprendizaje automático seguras para la privacidad trabajan para mejorar los informes de tu campaña y brindarte una visión más precisa del viaje del cliente.
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