Links rotos, información confusa, formularios incompletos, tiempos de carga excesivos y una larga lista de etcéteras. Seguro te ha pasado más de una vez que al entrar a una web, simplemente es imposible encontrar información… y ya ni hablar de realizar una compra. Lo cierto es que con ese problema, muchas cosas se ponen en juego.
Y es que no solo se trata de una venta o del valor o la confianza que una marca es capaz de crear al ofrecer un diseño y una experiencia óptima. En realidad, implica el cumplimiento de los objetivos que se ha puesto como organización.
Pero ¿de qué se compone ese valor y esa experiencia? ¿Te suenan las siglas UI y UX? ¡Estás en el lugar correcto! CleverClick 360 te lo explica todo.
¿Qué es UX?
La experiencia de usuario (UX) se refiere a la manera en que el usuario interactúa con una marca en el mundo digital. Por supuesto, esta interacción puede suceder a través de sitios web, apps, videojuegos y herramientas semejantes.
El diseño UX es lo que hace que la navegación sea amena, útil y valga la pena. Ese something que hace que el usuario se quede y vuelva. Y cuando decimos esto, abarcamos algo más que solo lo visual. De hecho, hay elementos sobre el diseño de la experiencia que el usuario no podrá ver, aunque sí experimentar. Y es que, al final, UX quiere decir funcionalidad, accesibilidad, research, responsividad y arquitectura. Básicamente, el papel del diseño de la experiencia de usuario es pensar la experiencia que se ofrece al usuario cuando adquiere un producto.
¿Qué es UI?
La interfaz del usuario (también UI) es el medio mediante el cual el usuario interactúa con un dispositivo. Aunque el concepto no es específico del mundo digital (un libro puede ser una interface), en este caso se trata:
– del medio físico (hardware), como mouse, teclado, pantalla
– software, o sea, los programas que permiten realizar funciones y procesos
– software-hardware o el puente de comunicación entre la máquina y la persona (por
ejemplo, través de texto o de manera gráfica)
En este caso, cuando hablamos de UI, nos referimos a la manera cómo un usuario interactúa y percibe dicha interacción al utilizar un canal online. Eso quiere decir que, además de generar contenido de valor, este debe estar apoyado en diseños eficientes e intuitivos. Ya lo hemos platicado en otras ocasiones. Cuando una persona visita tu sitio web, también esperas que realice ciertas acciones. ¿Pero cómo lograrlo? Pues bien, un buen diseño de interfaz de usuario te permitirá guiar al usuario a través de tu web para hallar la solución que busca y realizar acciones de la forma más natural posible.
Ventajas del diseño UI y UX
Aquí la pregunta no es “¿cuál debo aplicar?”. La respuesta es clara: ambos. Como dijimos, son dos caras de la misma moneda. Por separado pueden traer beneficios, aunque su potencial real surge cuando se trabaja pensando en ambos. Mientras la UI nos permite acompañar al usuario, UX ofrece una navegación satisfactoria y agradable. Al final, se trata de un proceso que se nutre a sí mismo, y no es exclusivo para organizaciones totalmente digitales. Pero si aún faltan razones para apreciar sus ventajas…
Puedes aumentar la retención de usuarios, algo especialmente importante si tu organización utiliza el engagement como un parámetro de éxito. Sí, sí, por ejemplo, una red social. Por otro lado (y lo que puede ser la causa final de una estrategia) es el aumento de conversiones, como resultado de una interfaz y una experiencia de usuario equilibrada. Aun así, el camino no termina. A partir de resultados positivos (y negativos, hay que decirlo) es posible seguir trabajando en la optimización, mejorar y trazar nuevos objetivos y rutas.
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